Más de 40 obras de pequeño formato, en su inmensa mayoría, contarán grandes historias. Pablo Iván Ríos, “de colección”, se inaugurará esta noche a las 20 en Fausto Galería, en Muñecas 713.  

El artista, que se autodefine como “figurativo contemporáneo”, se presenta en el único texto del catálogo.

“Nunca gané una beca, pero obtuve premios nacionales. Hice muchas muestras en lugares impensados y participé en infinidad de salones; en el Salón de París gané la medalla de bronce en 2015 y la de plata en 2016”, indica.  

La exposición tiene la curaduría de María Lilia Peña y Segundo Ramos.

En estas piezas, el pasado diferido de Ríos lo persigue y se hace presente: la decisiva influencia del comic, de la historieta (fue uno de los fundadores la revista Papalú), y con nuevos (viejos) personajes rescatados de los 70 y 80 que aparecen en la Casa Histórica o cruzando la avenida Mate de Luna; con esa conducta tan tucumana de no respetar las normas de tránsito, mientras el auto de los Dukes de Hazzard parece sobrevolar en el cruce, en el Monumento al Bicentenario (la pintura se llama “El origen del universo”).

Los autos y camionetas clásicas del artista están ausentes, obras con las cuales  pudo vivir; sí están presentes la radio a transistores y los casetes, soportes sobre los que se plantean algunas de los relatos. 

Desde el rápido correcaminos, Batman, Betty Boop, el profesor Neurus y la Casa Histórica, pasando por Isidoro Cañones y el zorro; el Mercado Persia y la Pantera Rosa, Popeye, la imagen de la casa Salvic y Condorito.  

 “Los inadaptados de siempre”, está protagonizada por Neurus Pucho.

También participan Clemente, Hijitus, Popeye y Olivia y Speedy Gonzales, entre muchos otros. En otro trabajo el Cristo de Iramain se eleva sobre un paisaje.

Así, de “Los inadapatados de siempre”, con el profesor Neurus y Pucho (de la serie televisiva “Hijitus”, 1967), a la más “moderna”,  “Transformers y transformados”. Y Betty Boop recorre la ruta 38 montando un  zorro.

“Crecí leyendo toneladas de revistas Anteojito, D´artagnan, Gilgamesh, Savaresse, Patoruzú, Capicúa, Popeye y un montón más”, reconoce el artista.

Dibujo

Cuando  LA GACETA lo  entrevistó durante la pandemia, contó su alternancia entre el dibujo y la pintura: “cuando paro de pintar, dibujo, y después vuelvo a pintar. Con cada una de las dos técnicas la cabeza trabaja diferente. A los encargos que tengo los voy llevando a piñas. Agarro uno y le doy con todo, después paro y agarro otro. Pinto dos o tres cuadros a la vez, porque al ir alternando entre uno y otro, se va refrescando la mirada”.

Por sus méritos artísticos fue nombrado Miembro Asociado de la Sociedad Nacional de Bellas Artes de Francia, y es el único argentino en ostentar tales distinciones en toda la historia de la plástica del país.